LAS SITUACIONES PROBLEMÁTICAS COMO ESTRATEGIA DE ENSEÑANZA

Cuando hablamos de “situación problemática” tenemos que tener en claro que es un problema “recortado por el docente” con intención de enseñar un contenido, no todo problema presentado es una “situación problemática».

Es decir, que es una estrategia de enseñanza.
La elegimos para enseñar contenidos que admiten diversas formas de resolución.

Por lo tanto, hay 2 cosas que tenemos presentes:

Las características del contenido

NUNCA tenemos que presentar una SP esperando “una única” respuesta:

Los contenidos que tienen “una única forma” de resolución, se enseñan con otras estrategias (las habilidades motoras cerradas, como, por ejemplo, vertical, media luna etc).

También tengamos en cuenta que la presentamos para que sean los chicos los que buscan solución (solos o en grupo). Pueden inventar resoluciones que nosotros ni imaginamos. Algunas serán eficientes, otras no tanto. Los que tienen que tener la oportunidad de seleccionar cuál es “la más útil/funcional/eficiente/etc”, son ellos mismos.
No siempre “aparece” esa solución en un primer intento, es acá donde tenemos que proponerles, desafiarlos a que encuentren otra para que ellos vayan eligiendo la más adecuada
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La calidad esperable de los aprendizajes de los niños

Enseñar a través de situaciones problemáticas implica para los chicos no sólo aprender el contenido que les queremos enseñar.
El proceso de búsqueda, prueba, reflexión compartida, evaluación de resultados obtenidos comparados con hipótesis previas, les permite aprender también a elaborar estrategias, a relacionarse con el conocimiento, a escuchar propuestas de otros, a equivocarse y buscar otra solución. Les permite escuchar, evaluar lo que aprenden, sostener sus puntos de vista o modificarlos según el resultado.

Al presentar tareas o juegos sabemos que tienen una cantidad de variables simultáneas que requieren de la atención de los chicos para tomar decisiones (tienen que atender, por ejemplo, a los límites del campo y su ubicación en él, al objetivo y a las reglas del juego, a la ubicación de compañeros y adversarios, las trayectorias de los desplazamientos de los jugadores y del/ los objeto/ si los hubiera, etc.).

Si nosotros queremos enseñar a analizar estas variables, las seleccionamos y las convertimos en contenidos.
¿Qué pretendemos? Que, en el camino de aprender ese contenido (por ejemplo, “reconocimiento de espacios libres”, o “el tipo de trayectoria a imprimir a un objeto en función de un objetivo”) puedan tomar conciencia de la existencia de esa variable, y tengan un cierto “repertorio” probado de formas de enfrentarse a ella y tratar de resolverla…. Es lo que solemos llamar: un “saber disponible” para enfrentarse con los problemas.

¿Qué estrategia de enseñanza es adecuada para enseñar estos contenidos? ¡La situación problemática!

Es interesante también recordar que los chicos no diferencian los problemas que se les presentan en cualquier juego, de las “situaciones problemáticas” propuestas por el docente. Para ellos son todos “problemas a resolver”.

Esto hace que tengamos que tener una mayor exigencia y claridad al momento de plantear nuestra propuesta de enseñanza.

Las condiciones para que sea una situación problemática son:

  • Tiene un objetivo bien definido, reglas y consignas claras, para que los chicos puedan reconocer el problema y buscar las formas de abordarlo.

  • Esta estructura debe “forzarlos” a formular distintas hipótesis y anticipaciones de cómo resolverlas

    que luego exploran, y en ese camino se reconocen el ensayo y el error como una forma de aprender, es por eso que es muy importante no decir la forma de resolución para llegar al objetivo planteado.
    Tengamos en cuenta que los docentes, ayudamos a centrar la atención en las variables de dicho problema, que ayudarán a alcanzar el logro del objetivo enunciado.

     

  • Es una situación que les presenta una exigencia que requiere

    que los chicos tengan saberes como para enfrentarse con ella y, en forma simultánea, esas exigencias deben sobrepasar el saber de ellos, para que tengan que encontrar nuevos caminos.
    En esos caminos nuevos se tiene que poner en juego el contenido que les queremos enseñar.

  • Las soluciones encontradas (que no importa, en los primeros momentos, que sean “eficientes”), requieren de momentos de reflexión para que ellos puedan evaluar si les resultan útiles o tienen que modificar algo.